Rioja 2015 por Marcos Eguren
“El año climático 2015 comienza con un invierno luminoso y precipitaciones importantes de nieve superiores a la media pero con temperaturas acordes a la zona.
A mediados de marzo se produce una ligera subida de temperaturas que provoca un cierto movimiento en las yemas por lo que, a primeros de abril comienza la brotación. A partir del 5 de abril comienza un período de temperaturas suaves y ligeras lluvias esporádicas que hacen que se desarrolle la brotación con rapidez, así como un buen crecimiento de la vegetación. Abril se caracteriza por ser un mes seco. El mes de mayo arranca con una subida importante de las temperaturas llegando hasta los 30-33ºC entre el 10 y el 14 de dicho mes. La ausencia de lluvias provoca un crecimiento rapidísimo de la vegetación; a partir de mediados de mayo bajan las temperaturas provocando una ralentización del desarrollo vegetativo. Mayo es un mes extremadamente seco, y en torno al 28-29 aparecen las primeras flores.
Comienza junio con las primeras flores en las zonas más tempranas y suben las temperaturas hasta los 23-26ºC de máxima. La segunda semana de junio, ya terminada la floración, se sucede la lluvia con tormentas llegando a caer unos 80 litros/m2. Finaliza junio con altas temperaturas llegando a rondar los 35ºC. Julio llega a ser un mes muy caluroso aunque por las noches bajan las temperaturas hasta 14-16ºC con la excepción de ciertas fechas que van desde el 17 al 20 de julio donde las noches son más cálidas y las temperaturas no bajan de los 20-22ºC. El 21 de julio se suceden diversas tormentas cayendo unos 22 litros en Páganos.
Agosto comienza muy caluroso y seco hasta el día 12, fecha en la que se producen algunas tormentas llegando a caer 12 litros. El envero comienza con rapidez durante la primera semana de agosto, provocando la maduración a mediados de mes. Sigue el mes con temperaturas altas, mañanas frescas, el 30 y 31 de agosto se suceden varias tormentas llegando a caer 38 litros.
El mes de septiembre empieza nublado, con temperaturas suaves y ausencia total de lluvias, acelerándose la maduración y siendo prácticamente completa a mediados de septiembre con un adelanto de casi tres semanas a un mes con respecto a un año normal. La vendimia se realiza la última semana de septiembre teniendo una uva muy sana con una graduación ligeramente superior a los años anteriores, buen equilibrio de acidez y una madurez fenólica buena”.