Sicilia 2015 por Andrea Franchetti
“El día 10 de octubre empezamos a vendimiar algunos cesanese d’Affile y petit verdot. Los nerellos tuvieron que esperar dos semanas, para llegar a su punto de maduración. Otros en la montaña habían empezado sus vendimias, pero para mí, estaban reaccionando a un mero sentido de maduración que es el efecto de una rápida combustión después de un verano tremendamente caluroso: el color, el azúcar, la acidez mordaz, en lugar de la magnificencia, descomposición lenta en una maduración que llegará en breve, ayudado por las estrellas gracias a unas raíces que acabarán este proceso. 27 de octubre: justo ahora estoy en la oficina de Guardiola escuchando el ruido de la mesa de selección y la bodega que veo a través de la ventana, es justo un día de plena vendimia. Justo acabamos de terminar también la vendimia en el Etna. Ha sido una añada de gran vitalidad en las plantas, abonadas en unos suelos bien hidratados por un invierno lluvioso, seguido por un caluroso verano. El largo periodo de lluvia a principios de octubre debilitó las pieles, con unas molestas nubes que aportaban humedad durante semanas, dejando rocío cada mañana. Horas y horas en la mesa de selección donde muchos niños, que aparecieron por todas partes alrededor de la montaña, seleccionaron un petit verdot austero y un descarado cesanese, con taninos y color. La añada no es como 2012, no es como 2014, pero sin embargo, es una imagen completa y estructurada del Monte Etna, con mucho esqueleto, baja acidez, muy poco alcohol. A partir de hoy, el petit verdot y el cesanese para Franchetti está todo dentro; podemos ver cómo es. Los vinos del Etna del 2015 no son muy concentrados, pero seguro que tendrán una gran longevidad”.