Belondrade Quinta Clarisa 2023

90
Parker
91
Peñín
Ecològic
Elaborador:
Color:
Rosat
País:
Espanya
Format:
75 cl
DO / Zona:
Castilla y León
Varietat:
Tempranillo
13,55 €
En estoc

Quinta Clarisa 2023 és el singular rosat de Belondrade que neix a La Seca (Valladolid).

Després d'una selecció gra a gra, es va vinificar a partir del most flor d'un 75% de tempranillo i un 25% de syrah cultivats en ecològic a la Quinta San Diego. La fermentació es va realitzar sense afegir llevats comercials. 

Un rosat amb ànima de vi negre, estructurat i molt saborós, sense perdre res de frescor. Ideal amb plats de pasta, risottos i taules d’embotits.

Celler Belondrade
Didier Belondrade, viticultor francés propietario de Belondrade, descubre los vinos de Rueda en una visita a un amigo suyo en Andalucía, en 1992, que le da a degustar un verdejo joven. Enamorado de la cultura y de las costumbres españolas, y después de seleccionar y plantar algunas viñas en Nava del Rey, en 1994 decide hacer realidad su sueño: una bodega para criar vinos de verdejo y experimentar con las técnicas borgoñonas. Es en este mismo año cuando elabora su primer vino. En septiembre de 2000 inaugura una nueva bodega en La Seca, situada en la finca Quinta San Diego, con una mayor infraestructura dotada de 7 depósitos con capacidad total para 70.000 litros, donde se inicia con la elaboración de la cosecha 2000, dirigida por la enóloga de la bodega, Marta Baquerizo, directora técnica desde 1999. Tres son los vinos que elabora la bodega, y dos de ellos llevan el nombre de las dos hijas de Didier Belondrade: Apolonia y Clarisa. Actualmente la propiedad comprende 30 hectáreas de viña –situadas a 750 metros de altitud–, divididas en 19 parcelas, de las cuales la más grande tiene 4,50 ha y 0,30 ha la más pequeña. Los terruños de las parcelas situadas más cerca del río presentan suelos más arenosos, dando lugar a vinos finos, adecuados para su envejecimiento en barricas de segundo o tercer año. Los terruños de las parcelas más alejadas presentan suelos más arcillosos que confieren más corpulencia a los vinos, y por lo tanto, mayor aptitud al envejecimiento en madera nueva. En todas se cultiva la variedad verdejo, con viñas que van desde los 13 hasta los 30 años, excepto en una en la que se cultiva tempranillo para el cuvée Clarisa.
El marco de plantación es de 3 x 3 m, a pesar de que en nuevas plantaciones se ha atrevido a reducir el marco hasta 1 x 1 m, con el fin de incrementar la competencia entre cepas y mejorar la calidad de la producción. La conducción de las cepas es en espaldera, con una densidad de 1.100 y 3.300 cepas/ha que optimiza el funcionamiento y rendimientos de la cepa. El clima es continental, con 11,5ºC de temperatura media durante el ciclo vegetativo y fuertes contrastes térmicos entre el día y la noche (entre 20 y 25ºC) durante el periodo de maduración, junto a una pluviometría adecuada (entre los 300-350 mm/año), permiten una muy buena maduración de la fruta. Les viñas se vendimian a mano en septiembre, y las uvas se recogen en cajas para preservar mejor su integridad al ser transportadas a la bodega en los remolques y hasta las mesas de selección. La cuidada política de la bodega no permite el uso de tolvas, que propician una posible fermentación avanzada de la uva durante el transporte a la bodega, perdiendo cualidades organolépticas del mosto. Los rendimientos medios son de 36 hl/Ha.
La evolución de los vinos se sigue de forma controlada en las 330 barricas de roble francés de 300 litros, de prestigiosas marcas como Sylvain, Vicard y Dargaud & Jaegle, otorgándole al vino todo su potencial tánico y aromas característicos. Se realizan –como mínimo– 2 catas anuales con el fin de conocer el estado de los vinos y dirigir su evolución. La primera se realiza en enero, después de la fermentación alcohólica, donde se seleccionan los mostos que pasaran a formar parte de los distintos vinos, y una segunda cata, a finales de junio o principios de julio, de los vinos que están realizando la crianza en madera. Las catas forman parte de un importantísimo proceso sobre las decisiones a tener en cuenta para una mejora continuada de los vinos de los próximos años. Gracias a estas catas se van separando las barricas por lotes, según sus características organolépticas comunes. Se acostumbra a agrupar las 330 barricas en 12 lotes, para facilitar el ensamblaje final del gran vino Belondrade y Lurton. Desde hace unos años, la bodega trabaja con levaduras indígenas o autóctonas (dejando de lado las levaduras comerciales o LSA), seleccionando aquellas con las mejores aptitudes enológicas para mantener la tipicidad del vino, con la finalidad de provocar una mejor fermentación alcohólica espontánea, es decir, más natural. El objetivo de Belondrade y Lurton es ampliar las instalaciones actuales para tener más espacio y mejorar sus técnicas de elaboración, vinificando a nivel de laboratorio, realizando pruebas con las levaduras, y trabajando con las distintas tonelerías.

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