Lucien Le Moine Chablis Grand Cru 3 Ans Preuses 2021

Baix en sulfurós
Ecològic
Elaborador:
Color:
Blanc
País:
França
Format:
75 cl
DO / Zona:
Bourgogne
Grau alcohòlic:
13
Varietat:
Chardonnay
246,30 €
En estoc
Celler Lucien Le Moine

En 1999 irrumpió en el panorama de Bourgogne la primera añada de los vinos de Mounir Saouma, un libanés que durante su estancia en un monasterio de Oriente Próximo aprendió a elaborar vino. Fascinado, se marchó a Montpellier a estudiar enología y, tras trabajar en diversas bodegas de Francia y California, acabó fundando un négoce en Bourgogne junto a su mujer Rotem Brakin. Rotem es ingeniera agrícola y ha sido premiada por sus estudios sobre la Côte d’Or.

El carácter afable y extrovertido de esta pareja les ha aportado grandes amistades entre viticultores de los mejores 1er y Grand Cru de la Côte d’Or, de donde proceden la gran mayoría de sus vinos. Pese a no ser propietarios de viñedos, han conseguido situar todas y cada una de sus cuvées en el nivel más alto de calidad de Bourgogne. Mounir, con su privilegiado olfato e intuición, decide cada año, tras catar los mostos recién prensados, cuáles se convertirán en vinos de Lucien Le Moine.

En su bodega de Beaune, Mounir y Rotem crían los vinos en barricas nuevas de roble de Jupilles, de grano fino y tostado suave, fabricadas especialmente para ellos. Allí, los mostos son cuidadosamente vinificados por separado, teniendo en cuenta las características de la añada y las particularidades de cada cru. Los vinos envejecen con una gran cantidad de lías, con suaves bâtonnages periódicos, hasta el momento de ser embotellados. Defienden que las lías proporcionan vinos más armoniosos y complejos por lo que no realizan trasiegos durante la crianza. Gracias a las bajas temperaturas de su bodega, la maloláctica se retrasa hasta el verano. Los vinos de Lucien Le Moine se embotellan por gravedad y sin filtrar y conservan una cantidad de CO2 natural generado durante la fermentación maloláctica. Este leve carbónico, que desaparece decantando el vino antes de servirlo, “protege al vino encerrándolo en sí mismo”, en palabras de Mounir. Una protección natural frente al oxígeno que permite también el uso de dosis mínimas de sulfuroso en el embotellado y casi nulas durante todo el proceso de vinificación.

El matrimonio Saouma-Brakin supervisa personalmente todos los pasos del proceso de elaboración y de manera totalmente artesanal. Fruto de este compromiso y de su modo de entender la enología, se autoimpusieron desde el principio un límite anual de 100 barricas de las que se obtienen tan solo 30.000 botellas, con un máximo de tres barricas de un mismo cru, es decir, entre 300 y 900 botellas.

Convertidos en sinónimo de elegancia y carácter, estos vinos suponen, año tras año, un fantástico catálogo de los mejores terroirs de Bourgogne.

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