Pago de Carraovejas es una de las bodegas más prestigiosas de la Ribera del Duero. Fue fundada en 1987 por José María Ruiz Benito y por un grupo de empresarios que iniciaron la plantación de 15 ha de viñedo propio en el pago más célebre de Peñafiel, el Pago de Carraovejas. Almudena Calvo es la enóloga y Emilio Arranz es el responsable de viticultura. En 1991 elaboran la primera cosecha y desde entonces ya son un referente en la zona. Desde el año 2007, Pedro Ruiz Aragoneses –hijo de José María– dirige el grupo Alma Carraovejas al que ha dado un impulso importante sumando a Pago de Carraovejas su Restaurante Ambivium, la bodega Ossian Vides y Viñedos en 2013 –con un increíble patrimonio de viñedos centenarios de verdejo en Segovia–, Milsetentayseis en 2017 (también en Ribera del Duero) y, desde el año pasado, Viña Meín-Emilio Rojo en Ribeiro. A partir de esta cosecha 2020 elaborarán por primera vez en La Rioja, en el que será el último proyecto que se añadirá al grupo. En la actualidad, Pago de Carraovejas cuenta con 160 hectáreas de viñas propias. El viñedo está ubicado en una ladera de pendiente suave, prolongada y orientada al suroeste, donde disfruta de una perfecta exposición al sol y permanece protegido de los vientos del norte por la montaña y de las posibles heladas habituales de la zona. Las viñas están plantadas entre 750 y 900 metros sobre el nivel del mar sobre suelos arcillosos, arenosos, calcáreos, pedregosos, profundos y bien drenados. Las variedades plantadas son tempranillo en su mayoría, cabernet sauvignon y merlot. También compran uva a viticultores de la zona, a los que exigen unos estrictos protocolos de calidad. La bodega está diseñada para evitar el uso de bombas peristálticas. Disponen de depósitos de 25.700 L, 15.000 L, 10.000 L, 6.500 L y de hasta 500 L. En el momento en el que la uva llega a la bodega, pasa directamente a una cámara donde se mantiene fría antes de efectuar una doble selección de racimos y granos. Después pasa a un depósito móvil de acero inoxidable que mediante una grúa la conduce y eleva a los demás depósitos, donde se inicia la fermentación con levaduras autóctonas. Los depósitos de fermentación son más anchos que altos para lograr un mayor contacto con el hollejo y están instalados a mayor altura para una mejor manipulación en los trasiegos y descube de los depósitos. Así los hollejos caen directamente sobre la prensa. Los vinos envejecen en barrica de roble francés y americano, nuevo y de uno, dos y tres años.