DOURO - Quinta de Nápoles El inicio del ciclo vegetativo de la añada 2021 comenzó bastante seco (de noviembre a enero), después del año 2020, que se consideró también muy caluroso y seco. El primer mes de 2021 continuó con precipitaciones por debajo del promedio en todas las subregiones del Douro, con un mes de febrero que restauró la reserva de agua con valores por encima de los históricos de la región.

La primavera se consideró normal climatológicamente hablando, un marzo muy seco y con temperaturas suaves hizo que la brotación en Quinta de Nápoles se produjera entre los días 9 y 13, seguida de un abril más húmedo con valores de precipitación más elevados y espaciados en el tiempo, lo que permitió un mayor control fitosanitario en el viñedo, seguido de un mes de mayo muy seco, que hizo que la vid empezara a florecer, bastante sana, en la primera semana de mayo.

El mes de junio fue de gran inestabilidad climática en el valle del Douro, con mucha presión atmosférica, especialmente durante la semana del 12 al 19 con constantes tormentas y en algunas zonas granizo puntual. Afortunadamente, la Quinta de Nápoles no se vio afectada por el granizo, sino por la alta presión atmosférica (alta temperatura y humedad que provocaron una gran presión de enfermedades criptogámicas como el oídio). El equipo de viticultura tuvo que intervenir con un trabajo detallado en parcelas más propensas a este tipo de enfermedades, como tinta amarela.

El mes de julio y la primera quincena de agosto en Quinta de Nápoles y el resto de Cima Corgo fueron bastante secos y con temperaturas altas, pero moderadas, con una maduración del fruto muy equilibrada, comenzando con la cosecha de la pinot noir el 11 de agosto. En la segunda quincena de agosto, las temperaturas subieron y ayudaron a acelerar el proceso de maduración de las vides, acelerando también la vendimia.

En lo que a vinos blancos se refiere, esperamos un 2021 excepcional. Muchos de los vinos aún están fermentando y realizando la fermentación maloláctica, pero todo indica que será un muy buen año cualitativa y cuantitativamente. Inicialmente los mostos tenían muy poca graduación alcohólica, 9,5%, pero a finales de agosto se equilibraron los azúcares y tendremos, de media, una graduación alcohólica en torno al 11% y 12% en todos nuestros vinos blancos.

Los tintos de 2021 tienen un gran potencial. Claramente podemos decir que hay 2 cosechas en el caso de los tintos: la primera hasta el 13 de septiembre y a partir de esa fecha vemos una merma en la calidad, sin excepción. Las uvas que se recolectaron hasta finales de agosto dieron lugar a vinos de carácter muy puro, algo vegetales, muy florales y con fruta fresca, al estilo Niepoort.

En la primera quincena de septiembre, hasta las lluvias del día 13, los vinos tintos se mostraron muy equilibrados, más maduros en el contexto fenólico, con un color más intenso, pero aún con acidez alta y un pH bajo, lo que permitió maceraciones más prolongadas y una obtención de vinos un poco más profundo. En la segunda quincena de septiembre, la uva entró en bodega con sumo cuidado, una cuidada selección y aun así tuvimos 3 casos en los que hubo que prensar antes los vinos porque la acidez volátil iba subiendo mientras fermentaba, operación necesaria para mantener su calidad, que se conservó.

BAIRRADA - Quinta de Baixo Fue un año con algunas dificultades en cuanto al control de enfermedades por algunas lluvias imprevistas, pero logramos controlar nuestra viticultura.

Debido a unos picos de calor, la uva maduró antes, lo que nos llevó a empezar la vendimia de los blancos el 11 de agosto, finalizando con los tintos el 24 de septiembre.

Fue un año en el que hubo mucha más producción, lo cual fue excelente para los objetivos previstos en términos de vino ecológico. Un buen año, con una acidez equilibrada, con una intensidad de color ligeramente superior. A causa de algunas lluvias durante la vendimia tendremos grados más bajos a cambio de una mayor frescura y elegancia en los vinos elaborados en Quinta de Baixo.

DÃO - Quinta da Lomba Gouveia El 2021 fue un año muy equilibrado. Con pocos tratamientos, lo que condujo a la inexistencia de la aparición de enfermedades.

A causa de algún periodo de sequía, la uva maduró antes con exceso calor, lo que propició una cosecha temprana. La vendimia blanca empezó el 25 de agosto y acabó con los tintos el 28 de septiembre. Fue un año de mucha más producción, que fue genial para los propósitos previstos en términos de vino ecológico.

Ha sido un buen año, de acidez equilibrada, con una intensidad de color ligeramente más alta, así como en el grado por haber sido un año seco, aunque logrando mantener la frescura y la elegancia.

Los vinos tenían fermentaciones regulares y en este momento se encuentran en toneles viejos.

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