Descubre todos los vinos del 2017 de Peter Sisseck en la Ribera del Duero y Bordeaux

? PSI 2017

El 2017 ha sido un año cálido y seco.

La salida del invierno se produjo con bajas reservas de agua en el subsuelo. La primavera fue seca, y el verano fue extremadamente seco en julio y agosto, con lluvias fuertes puntuales hacia el final. El otoño fue igualmente muy seco, con temperaturas normales.

A nivel de las temperaturas, los meses de junio y de julio fueron muy cálidos, siendo el resto de los meses normales. Por eso el calor acumulado estos dos meses acabó marcando un año cálido en su conjunto.

El principal suceso fue la helada que afectó a toda la Ribera del Duero en la noche del 28 de abril. Fue una helada invernal, con un fuerte viento norte que había enfriado el ambiente durante toda la tarde. La noche despejada hizo que se alcanzasen -6 ºC en prácticamente todos los puntos, ya fueran altos, laderas o valles. Y el día amaneció con un fuerte sol y un cambio de viento cálido, lo que potenció el efecto de la helada nocturna.

El único pico de estrés ambiental se produjo entre los días 15 y 20 de junio. En las viñas más afectadas por la helada, la rebrotación tuvo lugar en condiciones de estrés ambiental máximo, con poca agua en el suelo y con mucha sequedad ambiental. En estos casos la fisiología de las cepas se vio muy afectada y las cepas trabajaron de modo irregular.

Las cepas se adaptaron a las condiciones ambientales produciendo uva relativamente pequeña y absorbiendo bastante potasio del suelo. Esto ha dado lugar a una vendimia precoz, de aromas maduros, de gran extracto y con una acidez baja. La vendimia tuvo lugar en la segunda quincena de septiembre.

Bodegas y Viñedos Alnardo

Se ha trabajado con 27 pueblos, elaborando 340.000 Kg de uva proveniente de 841 parcelas, sobre un total de 225 ha de viñedo en 27 pueblos. La superficie media de cada parcela es de 0,27 ha, y su rendimiento medio, de 1.500 Kg/ha.

La vendimia empezó el 19 de septiembre en Villálvaro (Soria), con una duración de 10 días en los que la uva fue entrando de forma escalonada hasta terminar, el 29 de septiembre.

Este año ha sido marcado por la helada del 28 de abril. Se han mantenido todos los pueblos tradicionalmente colaboradores de PSI, pero con una pérdida de entre el 70 y el 80% de la uva normalmente aportada. Esto ha motivado que se explorasen nuevas zonas que aún no habían colaborado con Psi en Burgos y en Soria.

PINGUS 2017

La añada 2017 será siempre recordada por la helada que golpeó nuestro viñedo a finales de abril. Por desgracia, no solo fue la helada, sino también la sequía como consecuencia de un invierno muy seco, del que a las cepas les ha costado mucho reponerse.

El resto del periodo vegetativo discurrió sin sobresaltos, a parte de las condiciones normales de la sequía, que nos llevaron a comenzar a vendimiar de forma muy temprana.

El viñedo de Pingus se vio menos afectado por la helada, debido a los molinos antihelada que instalamos en el año 2007 (otro año de heladas). Gracias a ellos, pudimos “salvar” el 76% de la cosecha en un año normal. De 25 a 19 barricas.

Flor se vio mucho más afectado. Solo hemos sido capaces de vendimiar cerca del 47% de la cosecha en una añada normal. Sin duda, una imagen muy dura de ver.

Gracias a Dios, los vinos están muy bien. Ambos, Flor y Pingus, son vinos con un color muy intenso, con un buen “gancho”, pero a la vez con mucha frescura debido a una vendimia temprana. Los finales de ambos son francamente sorprendentes, y los vinos son muy largos en boca.

No podríamos estar más contentos con la calidad de los vinos, y a la vez tristes por tener tan pocas botellas.

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