Rioja 2015 por Alvaro Palacios
Añada 2015 en Alfaro, Rioja Oriental
Añada de gran cantidad de cosecha y gran calidad, clasificada por el CRDO como Muy Buena
2015 nos ha dado el placer de disfrutar de unas vendimias en las que todos los elementos encajan en perfecta armonía para conformar la base de una gran añada. Como la mayoría de los años que acaban en 5, la naturaleza nos otorga su cara más dulce, en buena parte por la influencia del fenómeno climático de El Niño.
La añada Tras un año precedente muy atlántico, el invierno de 2015 fue más lluvioso de lo habitual (285 mm) y con unas temperaturas demasiado altas para la estación. Estas condiciones condujeron a un nuevo ciclo vegetativo en el que la brotación se retrasó al menos diez días en las variedades más tempranas.
El mes de mayo, muy seco, comenzó a pincelar la tendencia climatológica dominante en el año: las altas temperaturas que nos acompañaron hasta bien entrado diciembre. Una tónica solo interrumpida por pequeñas ventanas de mal tiempo a finales de junio, cuando las lluvias aliviaron el estrés térmico en esta zona oriental de La Rioja, aportando el agua adecuada para el óptimo desarrollo de la cepa. La cara negativa fueron las tormentas en forma de piedra, que destruyeron más de 6.000 hectáreas entre Rioja Alta y Alavesa, sobre todo en la zona de San Asensio.
El tiempo seco y con viento generalizado de tendencia noroeste, hizo que el cuajado, que empezó a finales de mayo, fuera perfecto y homogéneo para la gran cantidad de uvas existentes. Esto anticipaba, salvo inclemencias meteorológicas, una cosecha abundante.
A finales de junio, las continuas tormentas dejaron 50 litros en los viñedos. El momento fue crítico, ya que observamos la aparición de las enfermedades del mildiu y el oídio. Por fortuna el buen tiempo regresó raudo y la calidad de las uvas se mantuvo en excelente estado sanitario. Julio fue el mes más caluroso de la serie histórica desde que se tienen registros. El envero se adelantó ligeramente en el tempranillo (alrededor del 9 de julio) y se extendió hasta mitad de agosto en las garnachas más altas.
En agosto, solo el viento del noroeste alivió el intenso calor del estío. Por entonces procedimos a la cuantitativa gran vendimia en verde de todos nuestros viñedos en Alfaro. Septiembre y octubre, con escasas precipitaciones de 15 y 17 litros respectivamente, nos permitieron seleccionar la perfecta maduración de cada viñedo y variedad durante los 28 días de vendimia a mano que ocupan las 100 ha de La Montesa, además de Las Mulgas, Quiñón de Valmira y el resto de las viñas.
Los vinosLa fuerza agreste de la montaña envuelve los vinos de esta enorme añada de una substancia fresca, de un vigor que fluye alegre por un caudal ancho y lleno de sabor. Es la garnacha tocada de fruta roja madura y acidez cítrica, invadida de fragancia de aires venidos del norte. ¡Qué delicia y qué suerte poder embotellar la naturaleza en pleno estado de vida!