Por Alejandro Iglesias Hace veinte años, el vino argentino comenzaba a sorprender al mundo. No solo por la singularidad de sus tintos, sino también porque pocos imaginaban que en Sudamérica se elaboraban vinos de tal calidad. Esta historia que tuvo un claro protagonista: el Malbec, cepa del sudeste francés que arribó a suelo argentino en 1853 para convertirse en mascarón...