Por Enrique Calduch Era a finales de octubre de 1994, es decir hace casi 25 años, en que en un destartalado Peugeot 205, el periodista y crítico vinícola Andrés Proensa y yo, circulábamos desde Madrid a la localidad murciana de Jumilla. Él conducía y yo iba con un mapa de carreteras sobre las piernas porque todavía no había autopista a...