Marc y Adrià Pérez son dos primos de la misma edad que han vivido y compartido desde pequeños el ambiente y las prácticas en el viñedo y en la bodega. Trabajan codo con codo y han visitado diferentes regiones vitivinícolas en todo el mundo, siendo Francia uno de los países que más les ha marcado e influenciado, sobre todo Bordeaux y Côtes-du-Rhône.
En 1996 Josep Lluís Pérez –fundador de Mas Martinet, padre de Adrià y tío de Marc– lideró Cims de Porrera, un proyecto que nació para evitar que se perdieran los viñedos viejos de 35 viticultores de la Cooperativa Agrícola de Porrera y valorar socialmente el precio de la uva. Desde 2004, el proyecto está dirigido por Adrià y Marc. Cuidan de viñedos de las variedades autóctonas cariñena y garnacha, algunas con más de 100 años y rendimientos muy bajos (300 a 500 g de uva por planta).
Cims de Porrera es fruto de la creencia del padre de Adrià, Josep Lluis Pérez, de que las cariñenas tenían una expresión escondida y la suficiente fuerza por sí mismas, sin necesidad de ensamblaje con otras variedades como la garnacha, la cabernet o la syrah. Él creyó en los años 90 cuando la cariñena representaba sólo entre el 5% y 10% de los vinos del Priorat.
Esto se suma a que la influencia de Sara Pérez –Mas Martinet, Dido La Universal y Partida Bellvisos–, hermana de Adrià y prima de Marc, quien creyó en la gente de Porrera, en los campesinos, en todos aquellos que durante años habían cuidado las laderas de Porrera.
Esta visión familiar del terruño la completan Adrià y Marc que creen en la magnitud y la importancia de la naturaleza, que lo engloba todo, a las familias campesinas, a las laderas, a las terrazas, a la cariñena y la garnacha de Porrera .