De una regularidad sin igual, la familia Avril dirige uno de los domaines más bellos de Châteauneuf-du-Pape, formado por unas magníficas parcelas que representan perfectamente los terroirs de la denominación.
La historia de Clos des Papes está estrechamente ligada a la familia Avril desde el siglo XVIII. El viñedo fue devastado por la filoxera en 1865. En 1896, Paul-Eugène Avril comercializó su vino de mourvèdre bajo el nombre de Clos des Papes y participó activamente en la creación de la denominación Châteauneuf- du-Pape. Su nieto Paul se puso al frente del domaine en 1963 tras estudiar enología en Dijon y consiguió prestigiar enormemente sus vinos. Paul-Vincent Avril, de la cuarta generación, tiene también una fuerte influencia borgoñona, enfocada a la elaboración de vinos finos y elegantes.
Clos des Papes es célebre por su constancia en estilo y calidad añada tras añada. Proceden de 35 ha de viñedo repartidas en 25 parcelas –algunas de ellas consideradas las mejores de la zona– y con una gran diversidad de microclimas. La edad de las viñas está alrededor de los 80 años y la viticultura es ecológica y certificada desde 2010.
La variedad dominante es la garnacha tinta, aunque también hay mourvèdre y syrah, así como otras variedades tintas minoritarias. En las aproximadamente 3 ha dedicadas a las variedades blancas, encontramos roussanne, picardan, bourboulenc, clairette, garnacha blanca y picpoul. En total cultivan las 13 variedades de uva permitidas en la denominación Châteauneuf-du-Pape.
La crianza se realiza en barricas utilizadas previamente durante un mínimo de 3 años, a fin de evitar la presencia invasiva de la madera en unos vinos que principalmente buscan equilibrio y texturas aterciopeladas.
Una de las referencias imprescindibles de Châteauneuf-du-Pape. Objeto de deseo.