En los últimos años, poquísimos elaboradores han hecho tanto por el vino en España como lo ha hecho el danés Peter Sisseck. Flor de Pingus es un vino pensado y reflexionado por Sisseck. Se podría decir que es un vino de municipio, puesto que proviene de una selección de viñedos de La Horra (Burgos), con cepas de tinto fino de edades comprendidas entre los 30 a los 55 años. No es el segundo vino de Dominio de Pingus, es un concepto diferente.
Para Peter Sisseck, Flor de Pingus 2019 destacó desde el principio gracias a una madurez perfecta. Crianza en un 30% de barrica nueva. La 2019 fue una añada de equilibrio impresionante gracias a la gestión vitícola, la biodinámica, la edad de las viñas y la vinificación.
https://www.vilaviniteca.es/es/flor-de-pingus-2019.html16750Flor de Pingus 2019https://www.vilaviniteca.es/media/catalog/product/v/1/v121999.jpg209instock209172.7272717272700Pingus000https://www.vilaviniteca.es/media/catalog/product/v/1/v121999.jpg914925937/Vinos españoles/Todos los vinos por país de origen/Vinos tintos españoles/Tinto/Ver todos tipos de vino/Ribera del Duero/Ver todos denominación / zona/España/Ver todos pais de origen/Tempranillo/Ver todo variedades/Ver todo elaboradores/Más de 100€/Vino ecológico/Vinos Puntuación Peñin/Vinos ecológicos/Dominio de Pingus/Todas las zonas/Todos los países/Todas las variedades/Todos los elaboradores2023-02-08T16:07:30+0000
Peter Sisseck, natural de Dinamarca, se instaló en la Ribera del Duero en 1990 como director técnico de Hacienda Monasterio. Rápidamente, se enamoró del entorno, su gente, sus tierras y las posibilidades de la zona. Su empeño por crear un gran vino con pequeñas vendimias, elaboraciones artesanales y producciones limitadas dio finalmente fruto cuando descubrió unas viñas viejas en el término de La Horra (Burgos). Ahí fue donde encontró la concentración y el mayor mosaico del tipo de suelo y cepa que buscaba.
Con una amplia trayectoria y experiencia vitícola en Bordeaux y California, en 1995 decidió elaborar en un garaje situado en Quintanilla de Onésimo (Valladolid), su primer gran vino, llamado por su apodo, Pingus. Años más tarde, en 2004, respetando la imagen de pureza y elegancia de sus vinos, terminó el proyecto de su bodega Dominio de Pingus en Quintanilla de Onésimo.
Sus viñedos, plantados con la variedad tinta del país (tempranillo), se encuentran en el corazón de la Ribera del Duero, en las colinas onduladas de La Horra-Roa. Entre los 700 y 850 metros de altitud, se cuidan meticulosamente manteniendo los ritmos de la viña con la práctica de la viticultura biodinámica.
En cuanto a la elaboración de los vinos, para Flor de Pingus, la tinta del país procede de 16 pagos diferentes con lo que el ensamblaje reúne un mosaico de viñedos que abarca cepas viejas y viñas de menor edad. Los pagos están vinificados por separado en depósitos de acero inoxidable de 4.000 litros. La fermentación maloláctica se lleva a cabo en barrica nueva para una posterior crianza de entre 16 y 18 meses en roble francés.
Para el gran vino de la bodega, Pingus, la uva procede de dos viñedos prefiloxéricos emblemáticos plantados en 1929, que se benefician de los 800 metros de altitud de La Horra. El primero, Barroso, se encuentra en una antigua terraza del Duero con un alto contenido en grava y arena sobre arcilla y cal. San Cristóbal, el segundo, es una ladera arcillosa con exposición suroeste. Se vinifica con uvas enteras en pequeños foudres de 2.000 litros para una posterior fermentación maloláctica en barrica nueva y una crianza de entre 20 y 22 meses en roble francés, procedente de dos tonelerías diferentes.