Gramona Celler Batlle 2004

Pocas bodegas del Penedès como Gramona han explorado la longevidad de sus espumosos llevándolos al límite del envejecimiento. Si su III Lustros 2011, con más de siete años de crianza es una pequeña joya, los Celler Batlle maduros como el 2004, adquieren una complejidad sobrenatural. Una seducción llena de caricias dulces en nariz, una burbuja como un tapiz de seda que te incita a pasear descalzo, como un tul espeso, ligero y de un peso etéreo. Un fluido donde todo está todavía como escondido, donde al principio los matices no son evidentes y el conjunto es grandioso. Una botella magnífica que sobrepasa muchos espumosos del mundo de precio mucho más elevado. ¡Bravo! Publicado en ON BARCELONA el 18/04/2019.